La actividad profesional a la que tantas horas le dedicamos influye directamente en la salud en general, y de las piernas y los pies en particular. Es así porque algunos trabajos exigen posturas repetitivas o poco naturales que acaban perjudicando el buen estado de nuestros miembros inferiores. Estos son algunos de ellos y así es cómo nos afectan.
Trabajos en los que se está siempre de pie y quietos. Empleos como cajeros, vigilantes y operarios de cadenas de montaje que están largas horas en el mismo puesto exigen una presión muy elevada sobre las piernas y la planta del pie, que puede provocar problemas de circulación como hinchazón, pesadez o varices, o también callosidades, entumecimiento de los dedos, etc.
Para prevenir estos problemas y aliviar los síntomas, se aconseja, siempre que se pueda, intentar cambiar el peso de un pie a otro para repartir las cargas, hacer rotaciones con los tobillos para favorecer la circulación sanguínea y utilizar unas buenas medias o calcetines de compresión en lugar de las prendas habituales. Usándolas de forma habitual se favorece el retorno venoso y ayuda a aminorar la sensación de piernas cansadas.
Trabajos en los que se está siempre de pie, pero caminando. Corresponden a personal sanitario, vendedores, azafatos, personal de hostelería, peluqueros… Estos profesionales suelen ser más propensos a padecer fascitis plantar, una inflamación de tejidos de la planta que suelen manifestarse con dolor en la zona del talón.
La fatiga, el dolor muscular, las varices o el síndrome de piernas cansadas son también problemas característicos de este tipo de profesionales.
En estos casos el secreto pasa por sentarse en las pausas, poner, siempre que sea posible las extremidades inferiores en alto en los descansos, llevar un calzado adecuado, transpirable y con un tacón de unos 3-4 centímetros y, por supuesto, usar también medias o calcetines de compresión que ayuden a estimular la circulación de retorno.
Trabajos en los que se está siempre sentado. Son propios de las personas que trabajan frente a un ordenador, teleoperadores , conductores, pilotos de vuelo, investigadores… Suelen sufrir el síndrome de las piernas cansadas y mala circulación, trastornos que derivan en molestias o hinchazón de piernas, varices, etc.
Se aconseja levantarse de la silla, al menos, cada media hora o, en su defecto, caminar diez minutos por cada hora de trabajo sentado, sentarse con las piernas rectas sobre un elevador (no cruzarlas) y llevar a cabo movimientos de rotación de los tobillos con el fin de ayudar al bombeo de la sangre y a la circulación sanguínea. Las medias o calcetines de compresión también son de especial utilidad en este caso.