La esperada Navidad está a la vuelta de la esquina y son muchas las personas que tienen por delante varios días de descanso. Una excelente noticias si no fuera porque en esos días es mucho más complicado mantener los hábitos saludables: los horarios cambian, hay muchas comidas copiosas, los niños están por casa y es muy habitual abandonar rutinas tan saludables como el ejercicio físico.
¿Qué podemos hacer? Pues el paso más importante es tomar conciencia de que también en estas fechas debemos cuidarnos. No es tan difícil –básicamente se trata de proponérselo en serio- y cuando llegue enero, se agradecerá.
Busca un rato para moverte. Los 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado que recomienda la OMS tienen que caer sí o sí. Y no pienses que es imposible porque si los buscas, seguro que los encuentras. Caminar más te puede ayudar, y no hace falta ponerse la ropa de deporte; se trata de hacer a pie todos los desplazamientos que puedas y de usar las escaleras olvidando el ascensor. Si además te propones hacer ejercicios de fuerza tres días por semana y algunos estiramientos, tu cuerpo te lo agradecerá.
Modérate y compensa. Aunque no es necesario renunciar a esos platos tradicionales que siempre llenan las mesas de Navidad, lo más sensato es prestar atención a las raciones. Actúa con moderación y acertarás. Puedes comer sin culpas, pero sabiendo que el resto de los días deberías compensar con platos ligeros, caldos vegetales y cantidades generosas de frutas y verduras.
Versiona tus menús ¿Has buscando alguna vez por internet las versiones más ligeras de los platos de siempre? Te sorprenderá ver la cantidad de platos deliciosos que hay para elaborar de forma más saludables y ligera. ¡Recuerda que no se trata únicamente de evitar unos kilos de más, sino de mantener la raya el colesterol, la tensión arterial, el azúcar en sangre, etc.!
Ideas ligeras. Aunque con los platos principales la tradición manda, existe la opción de ofrecer aperitivos y entrantes un poco más “healthys” que los canapés de foie y las bandejas de embutidos. Unos bastones de apio o zanahoria con humus, consomés desgrasados, brochetas de verduras a la plancha o vasitos con crema de verduras podrían servir.
Azúcar y alcohol. El consumo de alcohol y de bebidas azucaradas se incrementa exponencialmente en estos días. Recuerda que la moderación es una gran virtud y que el agua no puede faltar en tu día a día. Tu hígado, tu estómago y tu silueta te lo agradecerán.
Atención a las posturas. Las tertulias puedan alargarse durante horas y horas, pero las piernas necesitan un respiro. No olvides que estar sentados durante mucho rato es poco recomendable para la circulación de retorno, así que levántate de vez en cuando, camina, mueve tus pies en la silla y no te olvides de ponerte medias o calcetines de compresión. Recuerda que el uso continuado de este tipo de prendas ayuda a estimular la circulación, a aliviar las piernas cansadas y a prevenir la aparición de varices.
Por cierto, si todavía te falta el regalo para esa persona que pasa tantas horas de pie o en una silla, una prenda de compresión preventiva es una idea útil, práctica y sorprendente. Búscala aquí o pídela en tu farmacia. ¡Felices fiestas… y felices piernas!