Aunque la palabra se suele asociar a aburrimiento y a tareas cotidianas poco sugerentes, la rutina es una gran ayuda en muchos aspectos de nuestra vida. Procece del francés route y del latín rupta, que se refiere a esos caminos del bosque que cuando se recorren muchas veces se acaban convirtiendo en ruta.
¿Has pensado alguna vez que gracias a la rutina, nuestro organismo funciona bien y nuestra vida es un poquito más sencilla?
En el día a día, gracias a nuestros hábitos y costumbres no tenemos que decidir a cada momento qué vamos a hacer. Dormir, desayunar, comer, cenar, lavarnos los dientes, trabajar, limpiar, ducharnos… son actividades cotidianas que hacemos de forma rutinaria y que, además de tranquilidad, nos aportan muchas ventajas. Y todo con poco esfuerzo, ya que si algo tienen las actividades rutinarias es que las hacemos de forma casi automática.
Pero quien de verdad sale ganando con la rutina es nuestra salud. Nada mejor para que el cuerpo responda bien que ser ordenad@s a la hora de comer, dormir y hacer ejercicio físico; hábitos imprescindible si queremos estar en forma física y mentalmente.
No podemos olvidar que nuestro cuerpo es como una máquina y que la rutina le ayuda a funcionar de forma correcta. ¿Has observado cómo cambia tu organismo cuando vas de vacaciones y cambias tus hábitos? Se altera el sistema digestivo, el tránsito intestinal, el apetito, el sueño… y hasta las ganas de hacer ejercicio…
Descanso y ejercicio, rutinas imprescindibles.
Igual que el descanso nocturno es uno de los procesos en los que la rutina es importante, también lo es, y mucho, el ejercicio físico. De ahí la insistencia de los expertos en que forme parte de nuestro día a día hasta convertirse en rutina.
Ejercitarse puede costar más o menos tiempo, pero con voluntad y constancia se acaba consiguiendo. Miles de personas que nunca se imaginaron haciendo ejercicio son actualmente los mejores defensores de las ventajas que aporta.
¡Márcatelo como objetivo! Es el primer paso para disfrutar de sus inumerables beneficios.
Las mejores rutinas para tener unas piernas sanas
La salud de las piernas también puede beneficiarse si logramos convertir en rutinarios gestos y costumbres como los que aquí os indicamos:
- Descansar con las piernas un poco más elevades que el resto del cuerpo.
- Acabar la ducha con un buen chorro de agua fria en las piernas.
- Estimular la microcirculación con el guante de crin.
- Utilizar calcetines o medias de compresión si trabajamos muchas horas de pie o sentad@s
- Hacer ejercicio físico de forma regular
Y tu, ¿Ya tienes tu rutina?