Uno de cada cuatro adulto tiene varices, dilataciones que se producen en las venas más superficiales. Es un problema circulatorio que ocurre por la debilidad de las paredes de las venas, que tendrían que enviar la sangre de vuelta desde las extremidades hasta el corazón. Sin embargo, el proceso no funciona como debería y el flujo de sangre se acumula de forma anómala en distintas zonas, ocasionando las varices. La mayoría de ellas se localizan en las piernas.
Las varices pueden provocar dolor, hinchazón, picor, sensación de piernas cansadas… Además, si evolucionan, pueden llegar a ocasionar otras complicaciones más graves en la piel, como úlceras.
Hay varias formas de intentar aminorar todas estas molestias, y una de ellas pasa por la aplicación de cremas antivarices.
La mayoría de ellas incluyen en sus fórmulas extractos naturales de hammamelis, castaño de Indias, árnica o vid roja que ayudan a activar y estimular la microcirculación y a drenar líquidos acumulados en rodillas y tobillos. Algunas, además, añaden mentol para lograr un efecto frío muy reconfortante en caso de piernas cansadas.
Las varices, que son más frecuentes entre las mujeres y a medida que la edad avanza, pueden aparecer también durante el embarazo y si hay antecedentes familiares. Al margen de estos, también hay factores de riesgo que se pueden controlar para prevenir su aparición.
- Alimentación. La dieta debe ser saludable, rica en frutas y verduras y sin exceso de sal ni ultraprocesados (que contienen mucho sodio). Es muy importante evitar el sobrepeso y la obesidad, que favorecen la aparición de problemas circulatorios.
- El sedentarismo es uno de los grandes aliados (en negativo) de las varices. Moverse y hacer ejercicio físico con frecuencia es muy importante; un día puede ser una simple caminata, otro un paseo en bicicleta, o nadar, o hacer gimnasia… Lo que sea, pero hacerlo de forma regular. Además, no conviene estar sentado ni de pie durante largos periodos.
- Al reposar conviene poner las piernas en alto a la altura del corazón. Igualmente, al sentarse hay que evitar en lo posible hacerlo cruzando las piernas.
- La ropa debe ser holgada, fijándonos especialmente en que los pantalones y los calcetines que no aprieten más de la cuenta porque si ocurre, hay más probabilidades de dificultar la circulación. Las medias y calcetines de compresión, sin embargo, están diseñados para ayudan a mejorar la circulación de retorno y, con ello, a prevenir la aparición de varices.
- La zona cutánea donde haya presencia de varices debe estar siempre bien cuidada, limpia e hidratada. También es una práctica muy beneficiosa y tonificante aplicarse duchas de agua fría en las piernas, comenzando por los tobillos y acabando en los muslos.
- Fuentes de calor. El calor excesivo no conviene a las varices. Por eso hay que renunciar a saunas, baños muy calientes, estufas que incidan directamente en la zona o depilación con cera caliente.